Como bien saben amigos, esta mi boulangerie cultural alabada por la crítica no fue deseada. Alguien llamado Percebal, junto a su secuaz Carles Figuerola, me obligaron a mí y a otros como yo a crearnos un blog cultural, con amenazas de suspendernos la asignatura de periodismo especializado si no lo hacíamos. No nos quedó otra alternativa que ceder, pero una vez cedidos y nacida la boulangerie, la he querido como si su existencia hubiera sido deseada desde mis entrañas. Ahora que ha finalizado la asignatura no puedo deshacerme de ella. No puedo sacrificarla ni soy capaz de no volver a saber nada de dameunadecuarto. Pero también dudo de su ritmo de actualización como hasta ahora, que si bien no era mucho, era un ritmo de actualización. Escribo para decirles a todos mis clientes que no voy a desaparecer, pero que quizá no vuelva a renovar, que me conozco. Quizá estos contenidos tan culturales desaparezcan y todo se convierta en un álbum de mis aventuras etílicas con mi colección de amistades, felicitándoles los aniversarios por esta vía como si de un vulgar fotolog se tratase. Bienvenidos al futuro incierto de la boulangerie cultural. Yo no sé, yo no sé.
