Jornadas de Periodismo Cultural II

EL HUMOR CATALÁN DE TONI MATA Y MARTÍ PINYOL

La segunda tarde de las jornadas culturales estuvo marcada por el humor en la conferencia La sátira y el periodismo: del costumismo a los monólogos. Los encargados de hacernos reír con este tema fueron Joan Antoni Martí Pinyol, escritor y monologuista y Toni Mata, guionista de TV3 i de Catalunya Ràdiom, que llegaron casi una hora tarde por problemas de desplazamiento a la facultad.

Durante algo más de una hora, ambos humoristas estuvieron explicando sus perspectivas sobre las salidas del periodismo al humor y sobre tod lo relacionado con la sátira y el costumismo catalán, sin dejar de hacer bromas y chistes en todo momento. El poder del humor, según Martí Pinyol, está en que un humorista puede decir verdades y mentiras de la misma manera, sin causar otra cosa que simpatía, en cambio, si algo parecido lo dice aguien de un modo serio, como un periodista, éste queda mal visto por los demás.

Toni Mata siguió la conferencia explicando que los humoristas tienen que descartar cosas porque mucho humor ya está inventado y relacionado con otros personajes del humor. Se necesita algo original, que sorprenda, ya que la gente se conoce todos los referentes del humor. El humor es algo que nunca gana premios, algo que no tiene prestigio. Pero tiene público. El humor siempre está escrito en primera persona. Se dicen cosas ciertas y de dolor. Cuando quieres provocar ironía, uno primero ha de reirse de sí mismo para poder luego reirte de los demás. Así creas cercanía y el dolor siempre hace gracia.

La anécdota de la tarde vino de mano de una oyente que preguntó a los invitados si de verdad existe una diferencia entre el humor catalán y el del resto de España, a lo que éstos intentaron responderle correctamente aunque con muchas sutilezas descaradas para la chica de Sevilla. Se llegó a la conclusión de que en España todo son aspavientos y cosas muy fáciles y claras de las que reírse, mientras que en Catalunya todo es más sutil, riéndose sólo aquellos que encajan los chistes mientras que el infeliz sobre el que recaen las risas no se enteran de nada.